Con alrededor de 1.876 especies, Colombia es el país número uno en diversidad de aves en el mundo; además con nuestras casi 70 especies endémicas, tenemos el tercer lugar en Suramérica, después de Brasil y Perú, quienes listan 203 y 105 respectivamente.

Colombia es el paraíso para los observadores de aves, con innumerables opciones en los bosques de niebla o los páramos de los Andes, en las selvas amazónicas o chocoanas, en los Llanos Orientales y en las tierras bajas del Caribe o de los valles interandinos.

El glamping, fusión de lujo, confort y naturaleza, brinda a quienes lo practican la posibilidad de poner fin a las tradicionales tiendas de campaña y los sacos de dormir. Personas de abundantes recursos prefieren transportar hoteles cinco estrellas en la mochila para no renunciar a las comodidades en un entorno pensado para el retiro, en parajes a cientos de kilómetros de la ciudad. De eso se trata el glamping, una evolución del camping a tal punto que las necesidades del turista más exigente no conocen fronteras. África fue el primer destino en poner de moda esta modalidad para vacacionar. Hace décadas, los famosos safaris eran disfrutados por ricos europeos que se aventuraban en largas jornadas en ese continente. Sus carpas, lujosamente amuebladas, exhibían alfombras persas, antigüedades, amplias camas y todo lo que pudiera necesitar el huésped. En las tardes el té y las suculentas cenas en el corazón de la selva completaban la expedición.